Hábitat, vivienda digna y pandemia

Cuando hablamos sobre hábitat, estamos hablando sobre el espacio donde se desarrolla la sociedad; desde donde duerme cada persona hasta donde juegan los niños y las niñas con sus amistades.

Nuestro hábitat es más que el ámbito físico donde vivimos y satisfacemos nuestras necesidades, es el lugar donde convivimos, donde reímos y lloramos. Sin un hábitat adecuado, el ser humano tiene grandes dificultades para desarrollar plenamente sus capacidades.

La célula más pequeña del hábitat humano, es la vivienda. Ese espacio al cual llegamos luego de un largo día de trabajo, en el cual convivimos con nuestra familia, donde descansamos: Una ventaja que muchos de nosotros damos por sentado, que tenemos como privilegio, cuando es en realidad un derecho.

El primer lunes de octubre de cada año se conmemora el Día Mundial del Hábitat, fecha designada por Las Naciones Unidas para reflexionar sobre la situación habitacional a nivel mundial, el tema de este año es Vivienda para todos: Un mejor futuro urbano.

La vivienda es un derecho humano fundamental, así lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 25.1) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (art. 11.1). El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas engloba el derecho a vivir en seguridad, paz y dignidad, y todo lo que esto implica tanto a nivel individual como colectivo.

La constitución dominicana establece en el artículo 59 el derecho a la vivienda, indicando que “Toda persona tiene derecho a una vivienda digna con servicios básicos esenciales” y también establece que

El Estado debe fijar las condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho y promover planes de viviendas y asentamientos humanos de interés social. El acceso legal a la propiedad inmobiliaria titulada es una prioridad fundamental de las políticas públicas de promoción de vivienda.”

Más que tener paredes y techo, una vivienda debe proveer ciertos elementos para poder ser considerada como adecuada y digna: Seguridad de tenencia y protección legal, acceso a los servicios necesarios para sobrevivir, precios asequibles y entornos seguros.

De acuerdo a la ONU, más del 20% de la población mundial carece de una vivienda adecuada. Hay mil millones de personas que viven en asentamientos informales y más de 100 millones de personas no tienen hogar.

El Informe Nacional sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible de 2016 establece que en República Dominicana, en cuanto a los asentamientos humanos, existe una distribución desequilibrada en el territorio. Existen: 2 centros urbanos de escala metropolitana: el Gran Santo Domingo y Santiago de los Caballeros, 9 centros urbanos de mediano tamaño: San Francisco de Macorís, San Cristóbal, San Pedro de Macorís, Higüey, La Romana, Puerto Plata, La Vega, San Luis y Boca Chica, 32 centros urbanos de pequeño tamaño y 142 centros locales.

Según el informe “Metodología para la identificación de tugurios en el Distrito Nacional”, basado en el censo del 2010, en el Distrito Nacional, 413,249 personas viven en asentamientos informales, esto se traduce en un 42.9% de la población residente en la capital dominicana.

Con el COVID-19, la crisis de vivienda mundial se ha exacerbado. Las personas en situaciones de vulnerabilidad han sido las más afectadas por la pandemia que atravesamos.

Sin una vivienda adecuada, sin acceso a los servicios básicos como luz y agua, y en muchos casos, sin una vivienda en lo absoluto, es imposible exigir a las personas que permanezcan en casa. 

Las diferentes medidas de distanciamiento social que han tomado los gobiernos alrededor del mundo, como cuarentena obligatoria y toque de queda, han sacado a relucir lo peor de la situación de vivienda a nivel mundial. A pesar de las iniciativas a corto plazo para proteger a las personas, urge abordar esta situación a largo plazo.

Desde TECHO República Dominicana entendemos que se deben crear políticas públicas que busquen resolver estos problemas de forma definitiva, sólo así estaremos mejor preparados para enfrentar crisis futuras. La crisis de la vivienda debe ser encarada desde distintos aspectos, sociales, económicos, políticos y ambientales.

De acuerdo a la ONU, la participación de los más de cinco millones de habitantes de barrios excluidos, es la clave para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las ciudades y comunidades en la Década de Acción, integrando a los vulnerables y excluidos en el desarrollo urbano general.

En TECHO trabajamos cada día para superar la situación de pobreza en que viven millones de personas en asentamientos populares. Creemos firmemente que el trabajo en conjunto entre habitantes de asentamientos y jóvenes voluntarios y voluntarias, es clave para alcanzar estos objetivos.

Apostamos al empoderamiento de las comunidades, para juntos y juntas luchar en contra de la exclusión y vulneración de los derechos, generar propuestas concretas y fomentar la participación de la ciudadanía, exigiendo y ejerciendo sus derechos.

Escrito por:
Stephanie Regalado,
Voluntaria de TECHO

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